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En el Museo Bolivariano

Ofelia Rodríguez busca una creación anónima, inesperada, en cualquier localidad donde se encuentre. Entre sus materias primas acumuladas, encontramos juguetes de plástico baratos, palmeras, chupos en miniatura, y uñas falsas. 

Sus intereses no están restringidos, en otras palabras, a las variadas instancias vivientes de la expresión visual popular de América Latina, sino que se inspiran en toda clase de materiales hechos y producidos en forma masiva.

Cualquiera sea el lugar donde se encuentre, Londres, Cartagena o México, Rodríguez transforma estos objetos de acuerdo con su visión personal; propone allí su mirada analítica, considerándolos dentro del contexto del desplazamiento del turismo globalizado y el consumo masivo ubicuo, y aislando, cuestionando y reconsiderando estas bagatelas y recuerdos estereotipados pasados por alto.

DAWN ADES

Fiel a sí misma en su oficio de imaginera errante Ofelia Rodríguez inventa un mundo de oropelería con piezas recortadas de la maraña de lo real.

A su arbitrio ella combina estos disímiles fragmentos atrapando relaciones inesperadas, conjunciones en que la extrañeza brota o el delirio recatadamente nos lleva hacia un adentro que nos suelta afuera.

Así, con oblicua ironía, su confabulación extendida nos asalta en cualquier esquina del mundo.

Ofelia Rodríguez en su obra plástica ha llegado a una síntesis manual de evidente economía constructiva: la relación formal entre los elementos que elige –recortes, signos, imágenes, baratijas- es al mismo tiempo su intención conceptual, que reafirma en los títulos de las obras.

Del entorno acústico al silencio del ojo, la impulsión creativa de la artista denota su percepción sinestésica1(zoantrópica2), en que algunas veces sus sentidos (incluido el sexto) pasan a ser los protagonistas de esta narrativa, que incluye las emanaciones de su cerebro, sus sueños, la muerte o el mundo como personajes, paisajes, frutas y animales diversos, consignándolo en los jugosos títulos -que contrastan con las superficies frugales- Alcides Figueroa

 
1 Sinestesia, la mezcla de impresiones de sentidos diferentes: oír colores, ver sonidos, o percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada.
2 Magia de convertirse en animal.

 
Ofelia Rodríguez

Nacida en Barranquilla estudió Artes Plásticas en la Universidad de Los Andes en Bogotá; luego recibió una Maestría de la Universidad de Yale en Estados Unidos. Obtuvo premio en el XXXI Salón Nacional de Artistas (1987) y participó en la XX Bienal de Sao Paulo (1989), V Bienal de La Habana (1994) y II Bienal de Santo Domingo (1995). Igualmente ha expuesto en ciudades como París, Londres, Nueva York, Berlín, Amberes, Maastrich, Besançon, Aquisgrán, Manchester, Essex, Lieja, Miami o Monterrey, entre otras. Su obra ha sido reseñada en numerosas publicaciones, incluyendo 101 pinturas que hay que ver antes de morir (editado por Stephen Farthing y J.V. Ivars), El arte latinoamericano del siglo 20 y Arte de hoy (ambos editados por Edward Lucie-Smith); o en Beyond the Fantastic: Contemporary Art Criticism from Latín America (editado por Gerardo Mosquera).

En Colombia expuso en el Museo La Tertulia de Cali, Museo de Arte Moderno de Bogotá, Museo de Arte Moderno de Cartagena, Museo de Arte Moderno de Barranquilla y ahora en el Museo Bolivariano de Santa Marta.

Actualmente la artista vive y trabaja en Londres

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