Anacardium excelsum
Conocido también como marañón silvestre, marañón de monte, o anacardo gigante.
Descripción general
El Caracolí es un árbol de gran tamaño, que puede alcanzar hasta 40 metros de altura, con un tronco grueso y recto, a veces con raíces tabulares prominentes que se extienden en la base. Su copa es amplia y redondeada, ideal para ofrecer sombra.
Las hojas son simples, grandes, oblongas y coriáceas, de borde liso y color verde intenso. Produce flores pequeñas y fragantes agrupadas en inflorescencias. Su fruto es una drupa, que contiene una semilla comestible similar al marañón comercial (Anacardium occidentale), aunque más pequeña y de sabor más amargo.
Historia
Nativo de América tropical, especialmente en zonas de bosque seco y húmedo del Caribe y del Pacífico colombiano, el Caracolí ha sido históricamente un árbol clave en la vida rural. En muchas fincas es el centro del patio, por la sombra que da y la frescura que conserva a su alrededor.
El nombre “Caracolí” proviene del uso de su madera en la fabricación de caracoles o espirales para tornos, por su resistencia.
Propiedades especiales
- Madera útil y resistente: Usada tradicionalmente en construcción, muebles rústicos y leña.
- Frutos con usos tradicionales: Aunque menos consumido que el marañón común, su semilla se ha usado en la alimentación animal o como snack tostado en algunas regiones.
- Gran valor ecológico: Su copa alberga aves, murciélagos y epífitas, y sus raíces ayudan a estabilizar suelos y conservar humedad.
- Tolerante a la sequía: Muy adaptado a las condiciones del bosque seco tropical, aunque también aparece en zonas húmedas.
Dato curioso
En muchas zonas del Caribe colombiano, se dice que “donde hay un caracolí, hay vida”, porque su sombra fresca convierte su entorno inmediato en un pequeño oasis en medio del calor. Además, por su porte majestuoso, en algunos pueblos se han dado reuniones comunitarias, noviazgos o fiestas familiares bajo su copa, convirtiéndolo en un árbol social y de memoria colectiva.